Hace algunos días, caminado por las calles de mi barrio, a una cuadra de casa, pude comprobar que las flores que dibujaba de niño con mi Nona Clementina existen y son bellísimas.
Blancas, de formas redondeadas y "chatas" o "aplastadas" en su enredadera. Desconozco su nombre (vulgar y científico) y cuál es su perfume.
Hoy me atreví a tomar unas fotografías , intentando transmitir aunque sea en una pequeña parte, esta graciosa obra de la Madre Naturaleza.
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