Córdoba, el mejor de todos: se quedó con el Argentino Sub 19 de básquet

El carlospacense Sergio Rupil, campeón argentino Sub 19 

de básquet con Córdoba

En la final del 49° Campeonato Argentino U19 jugado en Corrientes, la selección de la FBPC dio otra muestra de juego en equipo para derrotar por amplio margen a Buenos Aires y dar la vuelta olímpica.

“Pasarle la bola al compañero mejor ubicado”. “Defender con compromiso”. “Jugar en equipo”. “Olvidarse de los números individuales”. Esas frases, tan simples como fundamentales, habrá dicho Medardo “Lomo” Ligorria una y otra vez en cada práctica. Y el mensaje prendió. Recontra prendió: en la final del Campeonato Argentino U19, la selección de Córdoba volvió a demostrar sus dotes colectivos y, tras aplastar a Buenos Aires por 103-79, dio la vuelta olímpica en tierras correntinas.

En el juego decisivo, y pese a venir de una dura derrota ante Santa Fe (72-71, en la Zona Campeonato), los pibes de la FBPC no salieron ni un milímetro de esa lista de prioridades que coloca en el primer, segundo y tercer lugar al sentido grupal del juego. Por eso, demoraron sólo 5 minutos en romper la paridad: con la conducción de Gastón Whelan (dio 3 de sus 6 asistencias en un ratito) y la participación cada jugador que pisó el parquet, Córdoba se escapó al término del primer cuarto (24-15) y aumentó la distancia antes de irse al vestuario (51-36).

Un dato demuestra todo: tras los dos primeros parciales, 9 de los 10 jugadores cordobeses anotaron entre 4 y 10 puntos. Sergio Rupil marcó 8 puntos.

En el tercero, la cuestión continuó igual. La conducción del capitán Whelan (7 puntos, 6 asistencias, 2 rebotes y 1 robo), la capacidad de goleo de Mauricio Prieto (25 puntos, con 10-17 de campo), la polenta de la dupla Tomás Ligorria-Franco Barroso en la pintura (17 puntos y 12 rebotes entre ambos) y la buena tardenoche de Carlos Buendía (13 tantos con 3/5 triples desde el banco) fueron demasiado argumento para un Buenos Aires que falló mucho desde la medialuna (lanzó 5/19 en triples) y perdió la batalla rebotera (37 a 20).

Con una diferencia que navegó entre los 20 puntos en el complemento, el equipo cordobés caminó tranquilo, muy tranquilo, hacia la consagración. Una consagración que, cinco victorias y una derrota por mínima diferencia después, luce justa e indiscutible.