viernes, 18 de enero de 2013

A 30 años del fallecimiento de ARTURO U. ILLIA

El ex-presidente  Dr. Arturo U. Illia y su relación con Villa Carlos Paz

Hoy 18 de enero, en el trigésimo aniversario de la muerte del ex-presidente constitucional Dr. Arturo Umberto Illia, me permito homenajear desde este blog a quien fuera un indisutido hombre probo, honesto y transparente de la escena política democrática nacional, y que por largas temporadas compartiera momentos con los vecinos de Villa Carlos Paz.
De su presidencia (1963-1966) basta decir que los retrógrados y autoritarios que lo derrocaron, lo hicieron por lo que concretó, es decir por sus aciertos: ley del salario mínimo vital y móvil; ley de patentes de medicamentos; anulación de los contratos petrolíferos con empresas oligopólicas extranjeras, en defensa del patrimonio de todos los argentinos, y respeto irrestricto por las libertades individuales y colectivas (derecho de libre expresión y de huelga). 
Luego de resistir varonilmente el golpe de estado, no fue encarcelado ni trasladado a ninguna unidad castrense; tras ser desalojado, se fue en un taxi hasta su destino particular. Luego de ser investigado, la Auditoría General de la Nación encontró intachable su actuación en el manejo de los fondos públicos, además de determinar que no había tocado un solo peso de los fondos reservados de la presidencia.
El doctor Illia era bonaerense de origen, más precisamente de Pergamino, y tras estudiar medicina y realizar un viaje de estudio y de crecimiento vital por Europa (que incluyó la Rusia revolucionaria), de regreso al país es designado por el presidente Yrigoyen como médico ferroviario itinerante en la zona de Cruz del Eje, comunidad que lo adoptará como propio por su don de gente y compromiso profesional.
Muy conocida es la anécdota de Jairo sobre la abnegada labor del doctor Illia en dicha ciudad del noroeste cordobés. Me permito agregar otra, que me fue contada por una persona digna de crédito, y que lo pinta de cuerpo entero. El Dr. Illia viajaba periódicamente a cumplir sus funciones en las canteras Quilpo, ganándose la confianza de los mineros, por lo que siempre le encargaban que les comprara un billete de lotería sin un número fijo, para lo cual todos hacían una "vaquita"; fue así que en una de las oportunidades, de regreso a las canteras, el joven médico -que rara vez recibía dinero por sus honorarios- les trajo a los mineros el premio mayor del billete ganador, cuya cifra únicamente sabía él; totalmente en paz con su conciencia.
En su actuación política desempeñó diversos cargos legislativos (fue senador provincial y diputado nacional) y vice-gobernador de Córdoba, siempre en representación de la UCR. Así entabló una firme amistad con la familia Conde de Villa Carlos Paz. Precisamente, el doctor Eugenio Conde fue uno de sus secretarios en la Presidencia de la Nación.
Coincidentemente durante este período ocurrió que Villa Carlos Paz fue declarada ciudad (1964), pero lamentablemente el Dr. Illia no pudo asistir a los festejos, siendo representado en la ocasión por su vice, el entrerriano Carlos Perette.
Desde ese entonces, luego de sus funciones presidenciales, Arturo U. Illia pasó largas temporadas en Villa Carlos Paz, como un ciudadano común más, nunca con custodia, gozando del respeto y la consideración de los habitantes y turistas; haciendo cola en la peluquería -por ejemplo- como cualquier hijo de vecino; atendiendo a los periodistas que requerían su serena palabra en tiempos bien difíciles para nuestra amada patria (década del '70), y dialogando amablemente con todo el que se le acercara, en sus infaltables descansos en la entrada del ex-sanatorio Conde (ingreso por calle Leandro N. Alem, primera cuadra).
Así fue como tuve la oportunidad de poder saludarlo, mi madre me lo presentó y una emoción que hasta el día de hoy me embarga, se apoderó de mí. Un venerable anciano, cálido, respetuoso y sincero me dijo que me esforzara, que estudiara, respetara a mis padres y quisiera a mi patria, siéndole útil. Siempre lo llevaré como divisa por toda mi existencia.
Lamentablemente, Arturo Illia falleció el 18 de enero de 1983 y no pudo ver el retorno del amanecer de la democracia en la Argentina, tras la larga noche de la dictadura, pero dejó su ejemplo de que la honestidad es posible, es necesaria, y que los funcionarios públicos deben servir al pueblo y no al revés.
Cierro este homenaje con dos testimonios fotográficos pertenecientes al archivo de la Biblioteca Popular "José H. Porto", gentilmente compartidos por su bibliotecaria Srta. Claudia Barrera, y que muestran a Dr. Arturo U. Illia en 1981, con motivo de una exposición de libros e inauguración de una ampliación de las salas de lectura del mencionado espacio cultural de nuestra ciudad.
El Dr. Illia en el corte de cintas junto al Esc. Herrero, detrás -al medio- se vé al Dr. Eduardo Conde

El Dr. Illia observa parte de los libros expuestos, completa la imagen B.Reartes, 
secretario la Biblioteca.

Algunos dicen, para justificar sus tropelías, que la honestidad en la función pública no es suficiente. Yo digo que es un valor imprescindible y prioritario, y si no se lo tiene de nada sirve para el pueblo que ese gobernante tenga capacidad en la gestión, porque la misma no será usada para el bien común sino egoístamente para su beneficio personal. Por eso, por siempre gracias Dr. Arturo Umberto Illia, por defender con honestidad la república, la cosa pública, es decir, el patrimonio de todos los argentinos.

por Santiago A. Macor






2 comentarios:

  1. Conmovedor... Hasta las lágrimas. Qué nos sucede que no podemos tener otro presidente así? Tan corruptibles nos hizo el tiempo?

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  2. Muchas gracias por leer, y por comentar este humilde texto. Difundamos estos ejemplos de amor a la Patria, se multiplicarán ennuestros jóvenes, y así construiremos el país que las grandes mayorías silenciosas anhelamos.

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