(Villa Carlos Paz) - Hacia finales de 2012, tuve una de las alegrías más gratificantes y plenas del año.
En la esquina de Av. 9 de Julio y Montevideo de Villa Carlos Paz, me encontré de improviso con uno de los mejores docentes de mi secundaria, el profesor de Música José Luis (Jozsef) Pinczinger, quien tras largos años en su Hungría ancestral paterna, retornó temporariamente de visita a nuestro país, su patria natal de la que se fue allá por 1986.
Quienes me conocen (saben que no puedo entonar sin desafinar como un perro y mucho menos tocar o bailar nada dignamente) dirán que cómo puedo entonces recordar justamente al profe de Música.
Lo valoro por su dedicación, por su alegría, por su arte, por su compromiso.
Aquí van algunas "muestras" que fundamentan mi admiración:
- sus enérgicas y dinámicas ejecuciones de órgano para animar las misas en la Parroquia del Niño Dios;
- su acompañamiento en la formación del "Club de Estudiantes" del Instituto Parroquial "Bernardo D'Elía", apenas regresada la democracia;
- su inspiración en la creación de la revista escolar de dicho colegio "Bernardito presenta Realidad Estudiantil", experiencia a través de la cual conocí "en vivo" un mimeógrafo (años después entendí lo que fue este instrumento para los militantes de los '70) y descubrí mi vocación periodística;
- su inigualable interpretación de "Muchacha ojos de papel" en Los Gigantes, engalanando la guitarreada del campamento que siempre recordaremos todos los bachilleres que compartimos esa inolvidable vivencia.
Gracias Maestro de la Vida José Luis por tu don de gente y humanismo.
Para "pintarlo" de cuerpo y alma, los dejo con una fotografía de un momento del mencionado campamento, "Pichi" bailando folclore en plena Pampa de Achala. Hasta cada momento GENIO. Que Dios te bendiga, te proteja y te dé la Paz. Que tengas una buena vida.
por Santiago A. Macor
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