Soy ferviente simpatizante del fútbol mayor del Club Atlético Talleres de Córdoba. Me hice hincha, desde muy pequeño, primero siguiendo a un primo mayor por las extraordinarias campañas de la década del ´70 (desde 1974 para ser preciso), y luego por decisión propia al sufrir con las finales del Campeonato Nacional de 1977-78 frente a Independiente de Avellaneda.
Desde entonces lo sigo a través del periodismo (gráfico, radial, televisivo y digital) y en mi mundo cotidiano con familiares, amigos, conocidos y vecinos, ya que por diversas razones no he podido concurrir nunca -hasta ahora- a alentarlo a la cancha, pero sigo paso a paso sus campañas; derrochando alegría en los buenos momentos y llorando de bronca frente a las fieras frustraciones.
En dicha condición de simpatizante incondicional y con la camiseta de la Filial Villa Carlos Paz puesta -desde este espacio- le pido a todo el mundo albiazul que colaboremos para devolver a nuestro querido Talleres al sitial que nunca debió dejar.
Todos -algunos con mayor responsabilidad, obviamente- hemos cometido errores que han llevado a nuestra divisa al fango que hoy se encuentra: empresarios inescrupulosos, dirigentes "megalómanos", empleados traidores, técnicos y jugadores "turistas" y "mercenarios", periodistas "panqueques", y supuestos hinchas que apretaban a los diversos integrantes del plantel; entre otras "menudencias".
Desde la muerte de un simpatizante de Talleres en medio de nuestra propia tribuna en el ex-Chateau en el trasncurso de un partido por la "A" frente a Lanús (que ganaba el "Albiazul") hasta ahora, vamos en caída libre: banderas "nazis" en la tribuna de la "T"; pérdida de la reválida de la "A" frente a Argentinos Juniors; descenso a la "B" Nacional -categoría que despreciamos y hoy anhelamos-; la peor mala racha de la historia con diecinueve partidos sin ganar; infinitos cambios de técnicos y planteles completos; quiebra; administraciones judiciales; fideicomisos; gerenciadores; intermediarios y representantes; triangulaciones de pases; desmantelamiento de las divisiones inferiores; escándalos de violencia y discriminación en muchos partidos de local y de visitante (con suspensión de localía o prohibición de presencia en condición de visitante) ...y cuatro temporadas en el laberíntico "Argentino A", del que no encontramos la salida.
Cualquier otro club ante semejante desastre hubiera desaparecido, solamente por el aguante de la buena gente Talleres ha sobrevivido. Debemos aportar todos nuestro "granito de arena" para acompañar este renacimiento "tallarín" desde sus cenizas: basta de discriminaciones fanáticas que nos ridiculizan y empobrecen; basta de soberbia que nos ha ahogado y que nos hace blanco de odio e intolerancia; basta de grandilocuencias, sobre-actuaciones y circos varios.
Seamos humildes, asimilemos con digna hombría las derrotas y festejemos con mesura los triunfos. Apostemos a la reconstrucción institucional del club. Defendamos su patrimonio e infraestructura. Controlemos a los directivos y dirigentes. Acompañemos al fortalecimiento de las divisiones inferiores. Logremos que nuestros hinchas sean socios plenos, y nuestros jugadores y técnicos, hinchas del Club.
Por un Centenario albiazul, sin divisionismos y que reúna a toda la familia "tallarín"; es el mejor homenaje para Amadeo Nucetelli, Paco Jabasé, Marisol Oviedo y tantos anónimos que quieren bien a Talleres.
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